Pasado ya mas de 1 mes desde que me despedí del lugar y de las personas de las cuales fui compañía, cariño, terapia y hasta “el fono” aún en mis pensamientos están dando vueltas, intermitentemente para recordarme aprendizajes a través de experiencias cargadas de emociones, conectando siempre con lo que hago y como lo hago. Tan delicado puede llegar a ser como tan hermosa la comunicación que se establece semanalmente con personas de las cuales aprendes en conjunto, en equipo, en grupo. Increíble puede ser que sean solo 7 semanas, mucho o poco dependerá de ti. Recomiendo actuar con certeza y comprensión de la historia de la persona a quién evalúo o intervengo generando comunicar, siempre comunicar. Tu presencia será siempre percibida por alguien, te recordará sin que te des cuenta.

Es un privilegio trabajar en clínica familia, se brinda atención de calidad y un acompañamiento sincero con el paciente. El lazo que se forma con cada integrante de esta gigante familia es impagable. Crecí como profesional y como persona. Es un lugar perfecto para poner en practica todo lo que uno aprende para ser kinesiólogo, me llevo en el corazón a cada uno de mis pacientes, sus historias, sus familias, sus dolores, sus alegrías. Gracias Clinica familia por entregar vida al final del camino